La preocupación por el entorno es, tal vez, la primera prioridad que deberíamos tener para vivir en un mundo mejor. Destacamos, a continuación, la experiencia de Bea Johnson, una mujer norte americana cuyo reto ha sido lograr que su casa no generara residuos. Y lo ha conseguido! Estabuena noticia no solamente es digna de ser destacada en En Positivo por lo que representa ecológicamente, sino también porque con la trata de residuos, esta mujer nos desvela otro secreto para tener una vida más plena y ser feliz.
Todo un año de residuos sólidos caben en un pote de menos de un litro. Aquí tienes cómo reducir los tuyos.
Hace unos cuantos años, mi marido y yo decidimos que queríamos un mundo mejor para nuestros dos hijos, hoy tienen 10 y 11 años. Nos embarcamos en un viaje para poner nuestro granito de arena y mejorar, así, el medioambiente: mi marido dejó el trabajo e hizo una puesta en marcha de sostenibilidad; yo me volqué con el hogar.
Empecé a reutilizar botellas de agua y bolsas de la compra, pero, poco a poco, fui a más y empecé a utilizar reutilizables en general en lugar de desechables (excepto el papel higiénico), compraba a granel con bolsas de tela, llevaba envases de cristal a la tienda para cuando compraba alimentos húmedos (carne, charcutería, pescado, queso, aceite,…), e incluso llegué a ideas más radicales, como lavarnos la cabeza con bicarbonato y vinagre durante 6 meses. Así, los desechos de casa, de todo un año, caben en un pote de menos de un litro.
A lo largo de este tiempo hemos descubierto que los beneficios de este estilo de vida, de cero residuos, van mucho más allá que el evidente impacto medioambiental. No estamos más sanos (ya que los alimentos más saludables no vienen empaquetados), pero sí que hemos ahorrado mucho dinero. Y lo más importante para nosotros: ahora tenemos más tiempo para dedicarles a nuestros hijos.
Hemos descubierto que nos hemos vuelto una familia más feliz y próxima durante el proceso. Hemos encontrado un balance, sin poner en compromiso nuestros objetivos, nuestra ética o la sanidad. El estilo de vida con cero residuos avanza solo.
El cero en “cero residuos” asusta al oírlo y resulta difícil de conseguir. Pero realmente no es tan complicado como parece, y es tan fácil como seguir estas cinco premisas y siguiendo este orden:
Rechaza / Recude / Reutiliza / Recicla / Abona
Rechaza
1.- Deshazte del correo no deseado. No es tan solo un desperdicio de recursos, sino también de tiempo.
2.- No aceptes regalos de conferencias, ferias y fiestas. Cada vez que aceptas uno, creas una demanda para regalar más. ¿De verdad que necesitas otro bolígrafo “gratis”?
Reduce
3.- Vacía tu casa y dona lo que no quieras. Aligerarás el hogar y harás una excelente donación para aquellos que quieran comprar artículos de segunda mano.
4.- Reduce el número de veces que vas a hacer la compra y siempre llévate una lista de lo que necesitas. Cuanto menos te lleves a casa menos desechos tendrás.
Reutiliza
5.- Cambia los desechables por reutilizables (empieza a utilizar pañuelos, botellas, bolsas de la compra, pañales,…de tela, trapos, etc…) Hasta puedes pensar que no echas de menos los pañuelos de papel, sino que, además, disfrutas ahorrando.
6.-Evita los residuos de las compras de comida: cuando vayas a comprar lleva bolsas reutilizables, de tela (para lo que pese) y envases de cristal (para los alimentos húmedos como el queso, la charcutería,…).
7.- Conoce los puntos y la política de reciclaje de tu ciudad – pero piensa en el reciclaje como la última opción. ¿Alguna vez has rechazado, reducido o reutilizado antes? Pregúntate primero por la necesidad y el ciclo de vida de tus compras.
8.- Haciendo la compra intenta, antes que nada, hacerlo a granel o de segunda mano, pero si tienes que comprar algo nuevo, elige el cristal, metal o cartón. Evita el plástico: la gran parte del plástico que no utilizamos lo mandan en barco cruzando el mundo para ser reciclado, o, muchas veces, termina en un vertedero (o peor aún, en el océano).
Abona
9.- Busca un sistema de abono que te funcione y descubre qué digiere (pelusa, pelo y uñas son orgánicos).
10.- Mete los restos de comida en un recipiente orgánico. Cuánto más grande sea el recipiente, más cosas podrás hacer con él.
Un intento de cero residuos empieza con cambios pequeños. Está al alcance de todos y el cambio comienza en casa. Cuando te embarques en una semana sin residuos, recuerda: no estás solo en este desafío.
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